viernes, 18 de septiembre de 2015

Desilusiones actuales del mundo (I)

A veces necesito mirar las fotos que hice cuando atardecía en Berlín
para olvidarme un poco de todo lo que no funciona.
Encuentro la paz en ese instante anaranjado y,
por unos momentos,
se me borran de la mente
fotogramas de
niños hambrientos,
fotogramas de
niños sin casa.

Las fronteras se llenan de dolor
y de esperanza.
Ya no caben más ilusiones rotas en la maleta
de aquellos niños sin suerte.

Y mientras Europa pelea,
las bombas siguen sin dar tregua
a unas piernecitas que
no corren: escapan.

¿Cuánto más hemos de seguir dando la espalda a aquellos que viajan con el peso de la guerra sobre los hombros?

¿Cuántos libros de historia necesitan ser escritos para recordar que nosotros fuimos como ellos no hace ni un siglo?

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