sábado, 30 de mayo de 2015

Tengo heridas

El golpe en la cabeza al caerte de la cama cuando tenías cuatro años.
Pillarte el dedo con una puerta.
Tu primera fractura ósea.
La marca de la avispa que te picó mientras nadabas en la piscina.
Los rasguños en las piernas.

Es increíble ver
como cicatrizan las heridas de la piel,
mientras el corazón sigue
desgarrándose
poco a poco.

viernes, 29 de mayo de 2015

Querer es poder

Quiero robarte sonrisas y regalarte abrazos altruistas
como tú,
que haces las cosas sonriendo
y sonríes aún más
cuando haces feliz a los demás.
Quiero escuchar las gotas de lluvia
repiquetear en el capó de tu coche
mientras huimos un rato de todo,
para estar bien,
para estar solos.
Quiero que seas un pedazito más de mi literatura,
que te tumbes en mis versos
y te deslices entre mis sábanas.
Quiero ser la razón
por la que te aficiones a la poesía,
curarte con palabras las heridas del ayer.

Dicen que querer es poder.
Y yo te quiero,
pero tú me puedes.

viernes, 22 de mayo de 2015

Tú.

Me ha costado años y horrores entender
que la felicidad es
un bien por sí solo,
que no necesita de coches caros
ni hoteles de lujo
ni sexo precocinado con opción a recompra.

Ahora (y ya no lo dudo)
sé con certeza
que la felicidad es
un capítulo nuevo de Juego de Tronos
acurrucaditos en el sofá,
sumándole amor al minutero del reloj
y unos cuantos versos más a nuestra historia.

Que la felicidad es
la revolución en las calles
y los lunares en tu espalda,
tu cara cuando lees mis poemas (que suelen hablar de ti),
una ducha después del sexo.

Que la felicidad es
verte hacer lo que amas,
leerte un cuento bajo las sábanas,
desintegrarte un poquito las penas.

Supongo que por eso
ya no me duele pensar
en el ayer
ni me asusta imaginarme
el mañana.

Así que
gracias por la confianza,
de verdad.

martes, 19 de mayo de 2015

El sauce llorón

En lo alto de la montaña, bajo un resplandeciente paisaje que reluce durante los días de verano y que le sonríe a la niebla en las mañanas frías, hay un sauce que llora. Ya es viejo: ha visto pasar frente a sus ojos cientos de primaveras, han bailado a su alrededor los enamorados las noches de verano, se ha puesto colorado en otoño y ha pillado algún que otro resfriado con las nieves del invierno. Hace ya tiempo que el invierno se le alarga, que la nieve lo cubre todo y el viento frío que mueve sus ramas le hace llorar. Las temperaturas hacen escarcha de sus lágrimas, y ni si quiera la tímida luz de la mañana puede con ello. El sauce está triste y el invierno parece haber contagiado esa tristeza. De hecho, ya no se posan los pájaros sobre sus ramas, ni deciden las hormigas salir a pasear sobre su tronco. El sauce triste se muere en ese invierno que parece no tener fin. Últimamente tiene cara de domingo por la tarde, esperando el martirio del lunes que está por llegar; las ramas con las que antes abrazaba el calor de los días miran hacia el suelo, donde reposa el pasado de los que un día se besaron bajo su presencia; el color de las hojas, antes vivas, denota ahora la ceniza de aquello que se quema y desaparece para siempre.

El sauce llorón murió una fría noche de invierno porque alguien se olvidó del calor que desprendía.

viernes, 15 de mayo de 2015

Abstiencia (poema para desearte suerte)

Te tengo un poco de abstinencia.
¿Los síntomas?
Ese rumor en mi pecho cuando no estás,
las ganas de escribirte poemas,
querer que me contagies la risa,
olvidarme del pasado para vivir contigo el presente,
buscarte entre las sábanas y perderme en el intento,
esperar con ansias el mensaje en el que me digas que todo ha ido bien.

¿Sigo
o ya está claro que
te quiero?

miércoles, 13 de mayo de 2015

Requisitos para una vida contigo

Yo no quiero sexo,
quiero follarte mientras te amo,
desgarrarte las penas a besos,
endulzarte la piel con orgasmos.

Quiero encontrarte las cosquillas a lametazos,
descubrir el mundo sobre tu ombligo,
susurrarte un par de versos al oído.

Quiero convertir tu espalda en película,
leerle cuentos a tus pecas,
escribirle un poema a tu risa.

Quiero ser parte de la anarquía de tu pelo,
perderme entre tu ropa,
creer un poco en la suerte.

Es por todo esto que te quiero
entre mis brazos
(y entre mis piernas).

sábado, 9 de mayo de 2015

Pensamientos encadenados

Lo siento,
pero hay veces que no puedo evitar
pensar ciertas cosas.
No puedo evitar pensar
que tú eres un poquito mío,
igual que yo también soy un poquito tuya.
Que en los coches a oscuras
se encuentra la felicidad,
que escribirte poemas
es curarme las heridas del ayer
porque tú eres presente
y eso vale más que cualquier paseo por Berlín.
No puedo evitar pensar
que me gustaría exponerte en el museo de la felicidad
para que todo el mundo vea esa luz en tus ojos
cuando sonríes.
Que formas parte de mi colección personal de postales
porque eres igual de especial
que cualquier rincón del mundo.
Que te regalaría ciudades enteras
para que hicieras de ellas un lugar mejor.
No puedo evitar pensar
que te pienso demasiado.
Pero en ningún momento me he quejado de ello.

martes, 5 de mayo de 2015

Las noches sin ti no son noches

No puedo evitarlo,
a veces tengo miedo.
Tengo miedo de la oscuridad de las noches sin ti,
miedo a los "te quiero" huecos,
miedo a los versos desacompasados.
Como no puedo evitarlo,
me siento en la ventana durante las noches sin luna
y me pregunto
qué fue de su luz
qué fue de ti.
Estoy sola y no me gusta.
La situación no hace más que recordarme que ya no estás.
Vuelvo a sentir miedo...
Y esta vez acojona de veras
porque sé que al final del pasillo no hay nada.
Ni siquiera un monstruo.
Ni siquiera el vacío:
al final del pasillo no hay nada,
al final del pasillo no estás.
Y eso, cariño,
es lo que más acojona de todo.

                                     Terrassa, 26/4/2015

Imperativo

Envuélveme en tus besos
y en la poesía de tu pecho.
Alegra el llanto de los versos tristes,
recupera las palabras olvidadas.
Dibuja sonrisas como mares dulces,
haz que la lluvia no estropee los meses de abril.
Hazme creer que cada día es primavera
y que cuando no nos vemos
no es más que un simple brote de alergia.
Destruye la calma.
Impón el caos.
Deja que me crea en serio
que lo nuestro es
una selva de cabellos enredados
y coches todoterreno.
Prométeme un beso en Berlín
y atardeceres caminando por sus calles.
Y quiéreme, joder.
No te olvides de quererme.

                                        Terrassa, 5/5/2015

Escribir(te) como medicina

Hoy, cariño, he tenido un día de mierda.
Y he vuelto a escribir de ti.
Supongo que me sirves como medicina improvisada:
el paracetamol para la fiebre de tu calor,
la aspirina para nuestros recuerdos huecos.
Lo cierto es que podría hacerme adicta a ti
con tanta tontería, sin querer.
Y por eso dice el médico
que no es bueno abusar tanto,
que luego pasa lo que pasa...

Al menos me consuela saber
que siempre tendré
el alcohol
para curarme
la abstinencia
de tus besos.

Terrassa, 8/4/2015

lunes, 4 de mayo de 2015

Acerca de ti y de la mala literatura

Últimamente
escribo poemas que hablan de ti.
No sé, es raro:
me expresan a mí
pero al mismo tiempo
explican quién eres tú.

Sin embargo,
odio cuando escribo algo que no me gusta.
Porque tú me gustas.
Y si el poema no lo hace,
no representa fielmente
aquello que quiero hacerte sentir.

sábado, 2 de mayo de 2015

Corazas que se rompen cuando estás cerca

Me cubro las espaldas con una coraza
anti-debilidades,
donde rebotan como balones contra la pared
piropos cariñosos,
sonrisas alentadoras
y ojos marrones.

Antes no me enteraba
del choque contra el metal:
evadía preguntas y miradas incómodas.
Últimamente, los toquecitos constantes
me molestan.
De hecho, ayer
me caí al suelo de un empujón traicionero.

Supongo que no hay nada que hacer,
sólo me queda aceptarlo:
esta mierda se rompe
sin opción a reparo.

                                     Terrassa, 15/4/2015

viernes, 1 de mayo de 2015

Integrando

Un día más, empieza la clase:
me siento en mi sitio,
abro el libro
y me pierdo de nuevo en tus matemáticas.

Empecé intentando sumar tus lunares.
Después seguí con el cálculo de tus besos en mi clavícula.
Vinieron luego mis intentos frustrados de resolver tus raíces,
descomponiendo en factores tu sonrisa
y dividiendo el resultado entre tus lágrimas.
Pero sin duda todo se volvió más complicado
con los problemas trigonométricos de tu cuerpo.
Porque después siguieron las derivadas de tus penas.
Y, al final, me quedé ahí,
intentando integrarme entre tus brazos.

Terrassa, 4/3/2015